Acción social02/04/2022

Carlos Tasende: «Hay personas que se han convertido en verdaderos milagros en mi vida»

Testimonio de una de las personas acogidas en nuestros pisos de inserción social de inmigrantes.

Con motivo de la celebración de distintos Círculos de Silencio en diferentes puntos de nuestra diócesis, queremos compartir, para la reflexión, el testimonio de una de las personas acogidas en nuestros pisos de inserción social de inmigrantes.

TESTIMONIO

«Me llamo Carlos Tasende. Tengo 27 años. Nací en Caracas, Venezuela, y les quiero contar una historia, la historia de una persona que tenía un proyecto, que tenía un plan.

Yo, gracias a Dios tuve la oportunidad de estudiar en la universidad, sacar excelentes calificaciones. El dinero que ganaba, trabajando ocho horas diarias en Venezuela, no me permitía tener una vida digna. Mi tía, que estaba en Málaga me dijo que podía pagarme un máster aquí en Málaga y yo, por supuesto, le dije que sí. Quería ampliar mis conocimientos para servir mejor a la sociedad, pero también para ganar el dinero que necesitaba y así vivir de manera independiente porque en Venezuela hay una grave crisis política, económica, social; incluso diría moral y espiritual, que ha trastocado todos los órdenes.

Tenía todo planificado y pensaba que había cosas que yo me merecía. Pensaba que merecía tener un trabajo porque había estudiado, pero esta experiencia me ha servido para darme cuenta de que es imposible controlar todas las variables. Para poder, hay que querer, pero a veces quieres y no puedes, porque las circunstancias o las situaciones no te dejan.

Así que me vine a Málaga, pero no contaba con la posibilidad de que mis tíos tuvieran que volverse a marchar a Estados Unidos. En ese momento, me quedé solo. Y cuando estaba a punto de saltar al vacío, metafóricamente hablando, apareció Cáritas para ayudarme. Realmente me llegó al corazón porque son personas que se olvidan de sí mismas para entregarse a los demás. Creo que de eso va la vida: de hacerse sensible ante lo que el otro está necesitando y mirar alrededor.

Yo quería dar las gracias a Cáritas porque con la estabilidad que me dieron en el piso de acogida pude realizar un curso gratuito de dos meses. Hay personas que se han convertido en verdaderos milagros en mi vida, por esa disponibilidad, por olvidarse de sí mismas para darles cabida a los demás en sus planes, en sus sueños, en sus proyectos. Gracias a todas ellas he tenido la oportunidad de compartir con gente maravillosa, mis compañeros en el piso. Gracias por la posibilidad de interactuar con personas de diferentes culturas, gracias por la oportunidad de desafiar mis propios prejuicios; de descubrir lo afortunado que he sido por tener exactamente lo que tengo, por motivarme también a poner los conocimientos y el tiempo al servicio de los demás. Y también por ayudarme a dejarme ayudar, eso es clave.

Quisiera animarles seguir luchando por sus sueños; también les diría que dejen que otras personas entren en ellos, que imaginen un futuro mejor en donde quepan más personas, que se imaginen el conocimiento como una herramienta para ayudar y servir mejor a la sociedad. Quisiera decirles que no den nada por sentado: no den el día por sentado, no den la comida por sentado, no den la formación que han recibido por sentado. Hay muchas personas que se han sacrificado para que ustedes tengan esa oportunidad».